Los comercios empezaron a quedarse sin productos, no se podía salir prácticamente a nada
y en casa empezamos a hacer pan para no tener que salir ni contactar con nadie
El encontrar harina y levadura de panadería empezó a ser una odisea, porque estaba agotado en todos los supermercados, la gente empezó a hacer pan y repostería (algo bueno surgió de la pandemia ya que todo el mundo aprendió a hacer pan y tartas) pero por este motivo era difícil comprar si no era por internet y los pedidos llegaban con bastante retraso
También preparaba buenísimas pizzas que todavía a día de hoy, sigue haciendo
Pero yo, a lo que más me he dedicado en estos meses ha sido a mascarillear.
Primero colaborando altruistamente con unas cuantas costureras, haciendo mascarillas y pantallas para repartirlas por clínicas, farmacias, residencias, donde no llegaban o no había
No sé las horas que me habré tirado delante de la máquina de coser, no sé las mascarillas que habré hecho durante estos meses, pero he hecho muchas y gracias a eso , hemos podido seguir adelante con nuestro negocio, ya que los cursos y los pedidos se redujeron a cero
Ahora, un año de después, seguimos con la pandemia, no sabemos cuanto tiempo más vamos a seguir, pero se va reanudando el trabajo, vamos poco a poco preparando alguna tarta y algunas galletas que se tuvieron que posponer, ya que las comuniones se anularon durante los meses de mayo y se reanudaron en septiembre.
Espero que en estos próximos meses las cosas vayan mejor y os pueda ir enseñando cositas nuevas, mientras tanto, seguiremos aguantando el chaparrón
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